El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, dijo recientemente que la inclusión de la isla en el sistema de Naciones Unidas “no es una cuestión política, sino pragmática y de realismo internacional”, a pesar de los intentos de Beijing para que esta no sea reconocida por la ONU.
Estados Unidos pidió el martes al mundo que “apoye la participación significativa y sólida de Taiwán” en las instituciones de la ONU, a pesar de la resistencia de China.
“Alentamos a todos los Estados miembro de la ONU a que se unan a nosotros para apoyar la participación sólida y significativa de Taiwán en todo el sistema de la ONU y en la comunidad internacional”, dijo el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken.
Por su parte,, los últimos comentarios del mandatario norteamericano van a contramano de la tradicional antigua política estadounidense de “ambigüedad estratégica”, por la cual Washington ayuda a Taiwán a construir sus defensas pero sin comprometerse a salir en respaldo de la isla. Esta vez Biden dijo que Estados Unidos asumió el “sagrado compromiso” de defender a los aliados de la OTAN en Canadá y Europa y “es lo mismo con Japón, lo mismo con Corea del Sur, lo mismo con Taiwán”.
El presidente Joe Biden dijo que Estados Unidos defendería a Taiwán si la isla fuera atacada por China, que la considera parte de su territorio.
En tanto, dijo Blinken: “Taiwán es un socio crucial de Estados Unidos y un éxito democrático”, agregó en medio de las crecientes tensiones con Beijing por el destino de la isla, cuya contribución es necesaria para hacer frente “a una cantidad sin precedentes de desafíos globales”.
Sin lugar a dudas estas declaraciones vienen a poner un poco de calor a las relaciones con China, pero garantizan el compromiso de Estados Unidos con la Isla de Formosa, Taiwan.